A menudo me encuentro envuelta en discusiones sobre el color. Ya conocéis el típico juego que se hace con los niños de «Vamos a buscar coches de distintos colores», pues esa es una de estas situaciones, no discutiendo de los colores con los peques sino con los mayores sobretodo.  “¡Mira, coche morado!”… el coche no es morado, es azul oscuro… no, es fucsia… no, es granate! De un solo coche podemos sacar más de tres colores distintos fácilmente.

La explicación es que no todos vemos los colores de la misma forma, y no todos vemos tantos colores como los que en principio hay.

Es posible que una persona comente a otra a la vez que contemplan un hermoso atardecer o un cuadro impresionista en un museo: “Mira qué colores más hermosos”, y que la otra persona esté de acuerdo, pero tal vez no están viendo lo mismo. Ve muchos colores, o no, pero en otras tonalidades. Nuestro cerebro decide qué color estamos viendo según la luz que le llega a través de nuestros ojos.

atardecer

¿De qué puede depender esto?

La sombra o luz que tenga el objeto. La posición y el fondo en el que esté.

Hagamos un ejercicio. Si observas esta imagen ves dos grises distintos:

grises

En realidad es el mismo color. Coloca el dedo tapando la división entre los cuadrados y lo verás claramente. Ha sido el fondo en el que está cada cuadro que nos ha creado confusión.

También puede haber una razón física: puede deberse a la cantidad de conos, o receptores de color, que tengamos en nuestros ojos.

Una experta en neuromarketing, Diana Derval, publicó un experimento para saber cuántos de estos conos tenemos. La prueba consiste en observar esta imagen y decir cuántos colores vemos:

colores

Si vemos menos de 20 colores solo tenemos dos conos (dicrómatas). Entre 20 y 32 colores tenemos tres conos (tricrómatas), aproximadamente el 50% de las personas lo es. Hasta 39 colores son tetracrómatas, poseen cuatro conos y cerca de un 25% de las personas suele serlo.

¿Y qué hay de las emociones?

Esto también puede alterar la forma en que percibimos los colores. Hasta las estaciones del año o el estado del tiempo. Podemos ser más sensibles al amarillo y verde en verano, todo gris y oscuro cuando está nublado o en invierno o cuando estamos muy tristes.

De hecho hasta creamos expresiones relacionadas con los colores según nuestro estado de ánimo o para decir una cualidad de algo:

“Veo todo negro” “Ver la vida color de rosa” “Esto está muy verde” “Humor amarillo”

Seguro que sabes muchas expresiones más.

¿Y los defectos congénitos y enfermedades relacionadas con la percepción del color?

Esta es otra razón que puede hacer que no veamos las cosas como los demás. Muchos hemos escuchado hablar del daltonismo (deficiencia en la percepción del color o ceguera de los colores), que se produce cuando uno de los conos receptores de color falta o no funciona correctamente. Puede existir hasta una pérdida total para la percepción de uno o varios colores.

problemaspercepcion

También está la acromatopsia, que consiste en sólo poder ver en blanco, negro y gris en todas sus tonalidades, y la sinestesia, cuando las personas ven las cosas rodeadas de un color.

En fin, la teoría del color abarca mucho de qué hablar, podríamos escribir cientos de artículos y descubrir un sin número de curiosidades al respecto, pero es muy interesante. Pongamos atención en cómo vemos los colores en comparación con otra persona, podemos sorprendernos.

Cualquier duda sobre este tema u otros, puedes contactarnos en conectia-psicologia.es.

¡Hasta la próxima!