En pleno verano no hay temas más hablados que el calor que hace y las vacaciones. A muchos nos gusta el calor, lo preferimos al frío del invierno, pero hasta a los que nos gusta el calor nos suele afectar cuando las condiciones son extremas y prolongadas.
Hay muchas formas de manifestar la reacción negativa al calor, y no reacciones físicas que esas ya son muy conocidas y ante ellas solemos tomar las precauciones de lugar. Estas situaciones negativas suelen ser leves o graves, entre ellas: ansiedad, estrés, irritabilidad, mal humor, cansancio, intranquilidad, decaimiento y falta de energía. Algunos afirman que pierden los nervios ante situaciones de extremo calor. El cuerpo está incómodo y la mente reacciona a la defensiva. Estas situaciones no nos afecta solo a nosotros como individuos sino también a las personas con quien nos relacionamos.
Tampoco es cuestión de edad. Los niños con estas altas temperaturas se muestran descontrolados, al igual que las personas mayores.
Algunos consejos para sobrellevarlo de la mejor manera:
- Hidratarnos y alimentarnos adecuadamente.
- Mantenernos activos física y mentalmente. Por ejemplo paseos en las horas de menos exposición al sol. Leer, escuchar música.
- Practicar técnicas de relación y meditación. Mindfulness nos ayuda a recuperar el control sobre nuestro cuerpo y nuestra mente.
- En el caso de los niños, ayudarles a realizar actividades que les calmen: juegos en arena, pintura, etc.
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