Se habla de bullying o acoso escolar cuando uno o más niños de un centro educativo maltratan a otro, ya sea física o psicológicamente, de forma premeditada y mantenida en el tiempo. Para que se hable de acoso tiene que haber cierta continuidad en el tiempo. Por ejemplo: Una pelea puntual entre dos o más niños podría ser más o menos grave, incluso denunciable a la policía, pero no sería considerada acoso escolar.

En el acoso escolar, podemos hablar de tres figuras. Por una parte, la víctima, abusado o acosado, sería el niño al que se somete a maltrato. Por otra parte, el o los acosadores, aquellos que infligen sobre el abusado golpes, insultos, le quitan cosas, le hostigan, le hacen el vacío, se ríen de él, etc. La tercera figura a considerar serían los testigos. Esta figura es muy importante, ya que en muchos casos propicia la continuidad del acoso en el tiempo, si se trata de cómplices que, con su silencio o sus risas, refuerzan que el acosador continúe su maltrato y afiance su situación de poder. Los testigos tienen la obligación de denunciar el maltrato a sus superiores (padres, profesores, etc.) y, si tienen poder, deben proteger al acosado.

Es muy importante denunciar los acosos para que no queden impunes, pues el abusado muchas veces, por vergüenza o miedo, no dice nada. Incluso en ciertos casos cree merecer esa violencia. Por tanto, los testigos deben denunciar los abusos y escalarlo hasta las autoridades que puedan atajarlo. Es necesario corregir estas conductas de los acosadores, que en caso contrario corren el riesgo de escalar su violencia en el futuro.

¿Qué puede hacerse contra el acoso?

Por una parte, en el centro educativo: Prevenirlo, educando a los alumnos en el respeto a los otros. También deben tener herramientas para identificarlo, por ejemplo test que se pasen periódicamente a los niños, etc. Una vez se detecte un caso, deben cortarlo de raíz, activando y aplicando los protocolos existentes.

Los padres o tutores legales del niño abusado.  Una vez se enteran del acoso, pueden hacer lo siguiente:

  • Reunir cuántas más pruebas sea posible: Notas o cartas, mensajes de whatsapp o de cualquier otro tipo, publicaciones en redes sociales, fotos o videos de la agresión, informes médicos o psicológicos de las lesiones del niño, testimonios de testigos, etc.
  • Si es muy grave, pedir la baja del niño y no volver a llevarle al centro escolar, salvo para hacer los exámenes y en compañía de sus padres, hasta que la situación no se resuelva o haya un cambio de centro educativo.
  • Denunciar el acoso, siempre por escrito y quedando registro de entrada del documento, escalando progresivamente a las diferentes autoridades: El tutor, la dirección del centro educativo, la inspección educativa de la comunidad autónoma correspondiente, la policía, juzgado de guardia, defensor del menor y así sucesivamente.

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