Siempre que oímos la palabra ESTRÉS nos vienen a la mente una serie de palabras e imágenes y suelen ser negativas, como por ejemplo, agobio, falta de tiempo, sudores fríos…

Utilizamos frases como “no me estreses” y buscamos no tener estrés en nuestra vida. No obstante… ¿todo tipo de estrés es negativo? ¿Qué es realmente el estrés?

Todos tenemos una idea más o menos detallada de lo que es el estrés. La Organización Mundial de la Slaud (OMS) define el estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción”. Según esta definición, podríamos inferir que el estrés es beneficioso y adaptativo para el ser humano. Y es cierto que hay un tipo de estrés que es beneficioso para el ser humano. Dividimos el estrés en dos tipos:

-Eustres: El eustrés es el estrés positivo, es decir ese que queremos en nuestra vida. Es así, existe un tipo de estrés que es beneficioso para el ser humano, se caracteriza por ser un estrés óptimo para realizar una tarea. Cuando estamos realizando una tarea, necesitamos cierta concentración y activación, no es eficaz estar extremadamente relajado, ni tener un exceso de activación. El eustrés es esa ansiedad mínima que necesitamos para afrontar los retos de la vida. No obstante, en muchas ocasiones sobrepasamos esa activación lo que nos llevaría al siguiente concepto.

-Distrés: El distrés es el estrés negativo, ese que debemos evitar en todo lo posible en nuestras vidas. Es el que conocemos cotidianamente como ESTRÉS y el que tiene asociadas todas esas imágenes, pensamientos, situaciones negativas y un mal rendimiento. Es el estrés desagradable ya que va acompañado de malestar y fatiga, y por tanto no es adaptativo. Si el medio realiza demandas demasiado excesivas, intensas y/o prolongadas, si superan la capacidad del organismo, es cuando se produce el distrés.

El cuerpo necesita un equilibrio, es decir, homeostasis, por lo que si estamos alterados, activados demasiado tiempo, empiezan a surgir ciertas alteraciones que nos interfieren en nuestro desarrollo diario. Ese equilibrio se rompe cuando por ejemplo tenemos distrés o estrés crónico.

Algunas de las consecuencias que puede producir el distrés son: fatiga, palpitaciones, sudor, nerviosismo, deseos de llorar, irritabilidad, preocupación excesiva, dificultad para tomar decisiones, lentitud en el pensamiento y/o tics nerviosos.

En conclusión, no todo tipo de estrés es negativo, conocer los distintos tipos y características nos ayuda a diferenciar si tenemos el nivel de activación adecuado, regularlo si no es así, y saber cuáles pueden ser las consecuencias de padecer distrés o lo que llamamos comúnmente ESTRÉS.

Gracias,

Jara

@JaraEstrellaF