Según los registros oficiales de trastornos o patologías psicológicas, existen muchos trastornos mentales a tener en cuenta: trastorno límite de la personalidad, fobias, ansiedad generalizada, depresión mayor, trastorno por adicciones, trastornos de la comunicación, tics…

Cada uno de ellos tiene un nombre, unas características y unos síntomas específicos. No obstante, muchos de ellos en todos estos años han cambiado de nombre, de síntomas y de características.

Por ello, han surgido numerosos críticos que abogan por que esa disección es incorrecta o imaginaria. Se ha buscado una base común a todos ellos, lo cual hace que no sean tan distintos, o que lo que subyace y hay que trabajar en todos ellos sea lo mismo, una raíz común.

Expertos en psicología apoyan la idea de que la base de todos los trastornos psicológicos, o de la mayoría, es la depresión y la ansiedad. Por ejemplo, las personas adictas, se caracterizan por tener bajo estado de ánimo y sufrir episodios de ansiedad frente al denominado “mono” por consumir. En el caso de los tics, las personas que los padecen sufren mucha ansiedad y la forma de canalizarla es a través de esta estereotípica, lo cual hace que les cree muchos problemas en su vida diaria y se sienten frustrados y con baja autoestima. Por último, la mayoría de las personas que acuden a consulta, se aquejan o piden ayuda en relación a estas dos problemáticas, ansiedad y depresión.

Esto también nos hace reflexionar en relación a la estigmatización que tienen las personas con estas problemáticas porque….¿Acaso no sufrimos todos en algún momento de nuestra vida ansiedad, o estamos más bajos de estado de ánimo?¿Acaso situaciones como la pérdida de un ser querido o incluso la jubilación no pueden causar “depresión” que consideramos totalmente lógica y por ello no consideramos que sean personas con trastornos?

En el fondo, parece que no somos tan distintos, nos mueven las mismas inquietudes y nos llevan a afrontar los problemas de la misma manera. Por ello, a la hora de criticar a alguien por tener un trastorno o de diferenciarlo o marcarlo como “loco” o diferente, estaría bien que nos preguntásemos si esa persona no sufre ansiedad, estrés, depresión o bajo estado de ánimo, lo cual es lo mismo que nos puede pasar a nosotros en uno o muchos momentos dados.

Gracias,

Jara Estrella Fernández

@JaraEstrellaF