Estamos cerca, o quizá inmersos, en un periodo vacacional. Ha sido, y hasta cierto punto sigue siendo, tradicional en España parar la actividad, de común acuerdo, en Agosto. A la hora de planificar las vacaciones, hay muchas parejas que deciden pasar unos días en casa de sus suegros o cuñados, en definitiva, la familia de unos de los cónyuges.

Esta decisión puede generar estrés en la persona que no forma parte de esa familia. Veamos cómo se puede afrontar mejor esta situación, desde el punto de vista psicológico.

  • Mentalizarse, con empatía, poniéndose en el lugar del otro:
    • Por parte del cónyuge de quien es la familia: Pensar que su pareja puede sentirse necesitado de apoyo y dedicarle más gestos de cariño, ponerse siempre de su parte, sobre todo en temas de la pareja/hijos.
    • Por parte del cónyuge ajeno: Pensar que su pareja tiene esa familia, que no la ha elegido. Tener detalles con cada uno, que le vean abierto. Aprovechar para intimar con ellos, como amigos. Muchas veces están esperando a abrirse contigo si les das la oportunidad.
    • Por parte de la familia que acoge: Pensar que su yerno/a, cuñado/a no está en su salsa, intentar que no se sienta incómodo o sólo. Evitar por todos los medios discutir con él/ella, aceptar su opinión en lo referente a sus hijos, etc. Dejarle siempre capacidad de elección, evitar encerronas.
  • Focalizar en lo positivo, las ventajas:
    • Esta solución suele ser más económica que ir a un hotel
    • Nuestros familiares nos acogen con más familiaridad y cariño que en un lugar desconocido
    • Una parte de la pareja se encuentra con su familia, se sentirá en casa, descansará más
    • Es una oportunidad para fortalecer los lazos con la familia política, entablar amistad o complicidad
    • Nuestros anfitriones conocen mejor el lugar y nos pueden guiar a zonas donde comer o visitar. Aprovechar sus contactos.
  • Evitar las discusiones:
    • El cónyuge ajeno, como observador externo, tratando de entender las posiciones de la familia. No hay por qué estar de acuerdo, pero habrá otros momentos para expresarlo, en estas ocasiones se puede sentir “sólo ante el peligro”
    • Intentar evitar temas polémicos en las conversaciones. Suelen serlo la política o la religión.
    • Nunca meterse en las decisiones de la pareja o las de la pareja con sus hijos, respetar esa unidad familiar.
    • Muchas veces es mejor tener paz que tener razón. En estos días con más motivo

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