¿Qué es el duelo?

Se llama duelo al período de “dolor” que atraviesa una persona que ha sufrido una pérdida en su vida.

Pueden considerarse pérdidas, que dan lugar a duelos, no sólo el fallecimiento de personas cercanas sino de otros seres, objetos y cosas menos tangibles que se tenían y ahora, por la razón que sea, ya no podemos acceder a ellos.

Así, por ejemplo, consideramos pérdida el fallecimiento de un cónyuge, padre o familiar. También la muerte de una persona cercana, compañero de trabajo, miembro de un grupo al que pertenecemos o incluso de nuestro cantante favorito. Son pérdidas también cuando muere nuestra mascota (con su lealtad inquebrantable hacia nosotros), cuando perdemos un trabajo que llevamos realizando años (por despido, jubilación, etc.). También un divorcio es una pérdida importante, incluso a veces más dolorosa que una muerte, pues la persona sigue accesible pero no para nosotros.

Otras pérdidas que dan lugar a duelo son los cambios de domicilio (más traumáticas si incluyen un cambio de país) o las pérdidas económicas (perder nuestra casa, por desahucio o por un desastre natural), o perder una gran cantidad de dinero en un negocio fallido o por una decisión poco acertada.

Las pérdidas lo son más, cuanto más apegados estábamos a aquello que perdemos. Si lo que nos unía eran, fundamentalmente, lazos afectivos (emociones compartidas), la pérdida es más importante, pues asumimos en ese momento que nada ni nadie podrá llenar nunca ese hueco que deja la pérdida. Esto nos genera una profunda tristeza.

¿Cómo tratamos a los paciente que están pasando por un período de duelo en Conectia Psicología?

En Conectia Psicología intentamos que el tránsito por el período de duelo, que el paciente inevitablemente va a vivir, sea lo más adaptativo posible, y no se alargue de forma patológica.

Ofrecemos al paciente nuestra aceptación incondicional y la comprensión del sufrimiento que le está provocando su pérdida. Le ayudamos a hacerse consciente de la misma (en el período de negación de la pérdida, que suele iniciar las etapas del duelo).

Posteriormente, acompañamos al paciente, y le ayudamos a gestionar las diferentes emociones que van apareciendo en las distintas etapas dentro del duelo.

Fases del duelo

Diferentes autores están de acuerdo en que el duelo suele transitar por una serie de fases. Cada fase no tiene por qué presentarse en el orden descrito, si no que depende mucho de cada persona el momento y manera en que se vive cada fase.

  • Fase de negación. En esta fase predomina el embotamiento emocional y el miedo. Nos negamos a aceptar la pérdida y la vivimos con miedo por la incertidumbre del porvenir
  • Fase de ira. La persona se enfada, generalmente con el objeto de pérdida o con el entorno donde se produjo: «¿Por qué nos dejaste?, ¿Cómo la dejaron morir así? o «Dios no debería permitir estas desgracias, no es justo…»
  • Fase de culpa. En estos momentos de duelo, el enfado se traslada a uno mismo, culpándose de no haber sabido proteger bien aquello que se ha perdido, o por no haber sabido disfrutar lo suficiente mientras tuvo la oportunidad. También nos culpamos por nuestro papel en la pérdida.
  • Fase de depresión. Quizás por esa culpa y seguro que también provocado por darnos cuenta de que ya no tiene remedio, que esa persona ya no volverá a estar con nosotros, nos llenamos de tristeza, sentimos vivamente el hueco que la pérdida ha dejado en nuestra vida, lo sentimos físicamente en nuestro cuerpo.
  • Fase de aceptación. Poco a poco, vamos aceptando la pérdida y nos damos cuenta de que la vida continúa y nos adaptamos a ella, aceptamos el reto de continuar viviendo. Ya vamos siendo capaces de contemplar la pérdida desde una cierta tranquilidad, recordando lo bueno que fue compartir la vida con aquella persona.