El acoso laboral no es solo, como muchos piensan, que te insulten o te griten en tu puesto de trabajo. Hay muchas otras situaciones que ejercen violencia sobre la persona y la van dañando, a veces sin darse cuenta.
Para que exista acoso, la situación tiene que ser repetida en el tiempo. Un episodio concreto de maltrato o violencia en el trabajo, podrá ser grave y denunciable, pero es algo puntual. Quizá sea fruto de un mal día o de la tensión de la situación. Sin embargo, cuando el maltrato se repite, es mucho más grave, dado que presume que se hace a propósito, con intención de dañar, por envidia o frustración.
En muchas ocasiones, el acoso laboral proviene de las personas que están jerárquicamente por encima, tienen una situación de poder sobre nosotros y la utilizan para abusar. El ejercicio del poder no es fácil de manejar y no todos están preparados para hacerlo bien. Algunos lo utilizan para abusar de los subordinados, culparles de los problemas del grupo, pagar con ellos la frustración de los fracasos, ya sean laborales o de su vida privada.
Hay muchos jefes que prometen beneficios de todo tipo, en momentos de crisis, para exprimir a los trabajadores a su cargo, jugando con el miedo que las personas tenemos a perder el medio de vida que sustenta nuestra familia. Después de aprovecharse de su esfuerzo para salir de la situación difícil, se olvidan de la recompensa, al fin y al cabo has cumplido tu deber como trabajador, no se reconoce ese sobre esfuerzo. Esta violencia, psicológica y sibilina, produce en el trabajador un estado de indefensión y de impotencia que le conduce a la depresión. Sin embargo, ese jefe nunca reconocerá su culpa, el trabajador es débil, se deprime y coge la baja…
En otros casos, la violencia la ejercen los propios compañeros, generalmente por envidia. Las críticas y calumnias a compañeros, a espaldas del interesado, hacen mucho daño, van calando y son difíciles de detectar. Empañan el ambiente de trabajo. Provocan ascensos y descensos de cargo injustificados, por amiguismo y por rumorología. Al afectado le produce también una gran indefensión.
Por esto, es importante luchar todos contra el acoso laboral, denunciando ante RRHH los abusos que se detecten y corrigiendo las situaciones antes de que se agraven.
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