En esta época de crisis nos ha pasado a muchas personas. La empresa en la que trabajábamos decide prescindir de nuestros servicios y nos rescinde el contrato. Estamos de nuevo en el mercado laboral pero somos conscientes de la ardua competencia que habrá para encontrar un empleo.
Lo primero que recomiendo en esta situación es darse un pequeño homenaje: Una cena especial, un viaje de fin de semana. Se trata de una celebración por el periodo pasado en la anterior empresa, reconociéndonos a nosotros mismos todo lo que hemos aportado, lo que hemos aprendido, todos los buenos momentos que hemos disfrutado y las personas que allí hemos conocido.
Después, es bueno sentarse y analizar los gastos que uno tiene, intentando recortar los que sean prescindibles, en previsión de un periodo en que nuestros ingresos serán más bajos.
Durante un mes o quizá dos, es muy normal que pasemos un periodo de melancolía. Es un duelo normal ante una pérdida que ha supuesto un cambio importante en nuestras vidas. En lugar de evitar y rechazar esa tristeza, es bueno aceptarla y observarnos en ese estado para conocernos mejor. ¿Qué pensamientos nos vienen en esos momentos? Estudiarlos críticamente y ver cuáles son ciertos y cuáles son exageraciones. Si el periodo de duelo durase más de dos meses, podemos plantearnos acudir a un psicólogo que nos ayude.
Cuando estemos un poco mejor de ánimo, podemos tranquilamente preguntarnos qué quisiéramos hacer en el futuro. Esto supone plantear la crisis, que nos acaba de suceder, como una oportunidad. Nos han sacado de nuestra “zona de confort” y puede suponer la ocasión para un cambio que puede venirnos muy bien. Si tenemos alguna profesión alternativa o una habilidad que queramos intentar, es el momento. Podemos aprovechar el subsidio de desempleo, que puede capitalizarse en un único pago, para iniciar una nueva actividad. O también, seguir cobrando el subsidio temporalmente mientras iniciamos esa otra actividad por nuestra cuenta, a modo de prueba.
Mientras tanto, es aconsejable reescribir nuestro curriculum vitae e inscribirnos en tantas ofertas de empleo como puedan encajar en nuestro perfil. Hacer una lista de amigos y conocidos en las redes sociales y enviarles un mensaje para que sepan nuestra situación y nos informen de oportunidades que puedan surgir.
Cuando acudamos a una entrevista de trabajo, hemos de dar la impresión de no necesitar urgentemente ese trabajo y lo mejor para dar esa impresión es creerlo de verdad, lo que sucederá si hemos pasado por las anteriores etapas que he descrito. A la vez, debemos transmitir la impresión de competencia, de que eso que nos piden lo sabemos hacer y nos agrada.
Puedes contactar con nosotros en www-conectia-psicologia.es o llamando al 674 241513 y te ayudaremos con temas relacionados con este artículo o con otros problemas que quieras resolver.