El otro día presenciaba una conversación entre dos chicas en un vagón de metro, hablaban sobre una tercera persona a la cual le habían atribuido un trastorno múltiple de personalidad por la forma en que esa persona se comportaba con cada una de ellas y con otras personas. Al oír que mencionaban el trastorno múltiple de personalidad, que es como antiguamente se llamaba al actual trastorno de identidad disociativo, lo primero que pensé es que eran unas personas de a pie poniendo una etiqueta a una persona que se comportaba de una manera que ellas no veían correcta.

Al bajarme del vagón fui pensando, mientras me dirigía a la consulta, que fácil es para algunas personas atribuir un trastorno mental a otras, cuando ni siquiera saben correctamente lo que implica el trastorno mental en cuestión.

Estas chicas no eran psicólogas ni psiquiatras, quizás me equivoque y lo fueran, pero básicamente se estaban basando en la cultura popular que tiene nuestra sociedad sobre lo que es ese trastorno. Principalmente, a través de películas y novelas donde algún personaje o incluso el protagonista, sufre este tipo de trastorno. Y como suele ocurrir solemos creer, cuando hablan de algo que desconocemos, que lo que estamos viendo es un reflejo de una posible realidad, pues el guionista, director o novelista se han documentado para llevar a cabo su obra. Pero realmente, en la mayoría de los casos, no es así.

Hace un año aproximadamente se estrenó una película titulada “Múltiple” en español, en la cual el protagonista padecía un trastorno de identidad disociativo con hasta 23 personalidades coexistiendo dentro de él. La película era buena y la interpretación del actor magnífica. Pero hubo una cosa que me chirrió: una de las personalidades que salían en la película padecía de diabetes pero las otras personalidades no la padecían. Me pareció algo tan sorprendente que me dije si es verdad sería asombroso, busque artículos académicos sobre ello, pero no encontré ningún artículo que mencionara algo al respecto.

Si a mí como psicóloga me llamó la atención la enfermedad física que padecía solamente una de las personalidades, aunque busque información para corroborarlo. No es de extrañar que el resto de personas que ven o leen obras donde algún personaje tiene un trastorno mental luego vayan etiquetándoselo a la gente de alrededor pues se consideran con el suficiente conocimiento para hacerlo.

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