Llevo varios años atendiendo a pacientes en mi consulta de psicólogo, en Conectia Psicología. Puede parecer que un psicólogo no puede o no debe tener problemas. Nada más lejos de la realidad. Quisiera contaros algunos de los problemas con que me he enfrentado en este tiempo.
- Cuadrar horarios. El trabajo de un psicólogo obliga a tener prácticamente libre la mañana, que utilizas para actividades de promoción, preparación de las consultas, etc. Sin embargo, a partir de las 6 de la tarde todas las personas quieren un horario similar. Hay que llegar a un compromiso entre la disponibilidad del despacho y las preferencias de cada cliente, que necesariamente debes respetar si quieres que pueda acudir regularmente a la sesión.
- Cancelación de sesiones. Es bastante habitual que algún paciente cancele su sesión semanal, lo que produce un hueco en el horario. Si avisan con suficiente antelación es incluso beneficioso, propicia un descanso para el terapeuta. Sin embargo, muchas veces cancelan sin apenas tiempo de reacción. En algunos casos, ya te habías desplazado hasta el lugar de la consulta, por lo que has perdido un tiempo precioso, que podías haber dedicado a otro paciente.
- Dificultades en el pago. No es que nuestras sesiones sean especialmente caras, máxime cuando las comparamos con las de otros colegas de profesión. Sin embargo, contar con la ayuda de un psicólogo siempre genera un gasto extra con el que la persona no solía contar. Esto provoca problemas, desde personas que sólo vienen a la primera sesión, que es gratuita y no vuelven a venir, hasta diversos acuerdos de pago diferido entre paciente y terapeuta. En otros casos, algunos pacientes simplemente se olvidan de pagar o retrasan el pago.
- Miedo. Muchas veces, ante un nuevo paciente se produce en el terapeuta una sensación de miedo. Miedo a no ser capaz de entender al paciente, a no ser capaz de ayudarle como necesita. Generalmente este miedo se pasa en una o dos sesiones, cuando nos damos cuenta de que su demanda es semejante a la que nos ocurre a la mayoría de personas. También en ciertas ocasiones tienes miedo de qué tipo de persona va a venir, enfrentarse en un despacho a solas con un desconocido genera cierta ansiedad y a veces temes por tu seguridad.
En artículos posteriores, continuaré relatando otros tipos de problema a que nos enfrentamos los terapeutas.
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