Mucha gente trabaja en turnos de noche, y se han acostumbrado a dormir poco, a veces porque no ven la necesidad. Esto pasa sencillamente por factores biológicos.
Nuestro cuerpo está hecho para dormir cuando no hay luz natural, y a estar más activos cuando la hay.
Hace un tiempo escribí en un artículo sobre las horas más productivas de las personas y comenté el caso de algunos, incluyendo el mío, que después de una hora determinada de la madrugada, nuestra mente comienza tan productiva que perdemos el sueño. Sin embargo, esto no quita que nos den ganas de dormir en algún momento, y que nuestro cuerpo sienta cansancio.
Hay quienes trabajan de noche y duermen por la mañana sin problemas, sí, es posible recuperar horas de sueño, pero este sueño por lo general suele ser muy ligero. Nuestro cuerpo sabe que es de día. Tenemos un reloj biológico difícil de engañar.
Algunas recomendaciones para esta cuestión biológica
- Fijar horarios de dormir después del trabajo. Organizar la agenda, las comidas, y solo si hay cosas prioritarias muy urgentes, hacerlas antes del descanso. Tratar de que sea algo rutinario, no un horario cada día.
- Durante la noche, trabajando, procurar que el ambiente esté muy iluminado, cuanto más mejor. Para nuestro cuerpo no resulta lo mismo que la luz natural pero una pequeña ayuda sí que aporta.
- Si hay que salir a la calle entre el trabajo y tu casa, utilizar gafas de sol para no despertarnos más con la luz natural.
- Preparar con antelación el lugar de descanso. Dejar preparada antes de salir la habitación para que esté todo tranquilo y oscuro y no tener que hacerlo al llegar. Si nos distraemos de forma fácil para dormir podemos utilizar antifaz e incluso tapones en los oídos.
- Olvidar el teléfono.
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