El nadador Michael Phelps continúa sorprendiendo en los JJOO de Río 2016, ganando nuevas medallas de oro. Ya cuenta con 28 medallas olímpicas, 23 de ellas son de oro.
¿Qué significa esto? Por una parte, es un indicativo de que es el mejor nadador de los tiempos modernos, desde que se miden los resultados y se organizan juegos olímpicos. Nadie nos asegura que hace cientos o miles de años, no hubiese una persona que nadase mejor o más rápidamente que él, quizá con otro estilo desconocido en la actualidad. O, incluso en la actualidad, podría existir una persona en algún país del tercer mundo que nade mejor, pero no tenga medios o la oportunidad de presentarse a las olimpiadas.
Obviamente, en el momento actual, la técnica ha llegado a todo. Se tienen instrumentos para medir cada detalle e ir puliendo cada gesto del nadador. Si uno sólo se dedica a esto, tiene a su alrededor un equipo y unos medios importantes y nace con buenas cualidades, puede llegar a ser el mejor nadador del planeta.
Michael Phelps es alto 1,93 y tiene los brazos muy largos, lo que le aporta una envergadura mayor que su altura. También tiene piernas cortas y pies grandes, talla 46, que le ayudan a propulsarse. Lleva nadando desde los 7 años. En seguida a su alrededor supieron apreciar que tenía cualidades favorables para la natación.
Michael no se adaptaba bien de pequeño. Le diagnosticaron TDAH, etiqueta que estigmatiza a la persona, generalmente de por vida. Afortunadamente, con sus largos brazos, fue destacando en natación. Eso se le daba bien y enriquecía su estima.
Phelps cuenta que, en estos años, ha pasado momentos malos, fases de su vida en que no quería seguir viviendo. Hubo momentos en que el alcohol le causó problemas. Incluso llegó a ser condenado a trabajos para la comunidad, por conducir superando la tasa de alcohol permitida. De todo esto se ha re-hecho.
Michael Phepls creó su Fundación, con dinero de los premios que ha ido recibiendo, para ayudar a los niños a encaminar sus vidas. Él es muy consciente de lo vulnerables que son los niños y lo peligroso que puede ser una etiqueta que te ponen y se perpetúe.
Su historia nos demuestra lo complicado que es basarse en la autoestima. Ésta funciona cuando encontramos algo en lo que nos vemos mejor que los demás. Cuando eso nos falla, nos hundimos. Es mucho más saludable el concepto de autocompasión: Querernos por que somos, más que por lo que hacemos.
Ahora Michael Phelps necesita su Fundación. Este acto de altruismo le proporciona la autoestima que le faltará, ahora que han finalizado sus éxitos en el deporte. Pero más importante aún, con la Fundación puede conseguir que muchos niños se aprecien y no acaben en la calle.
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