Hace unos días tuve la suerte de ser invitado a un desayuno coloquio, organizado por mi amigo César Chiva y su empresa, Executive Forum. El ponente principal era D. Jon Darpón, Consejero de Sanidad del gobierno vasco. Además de conocer a unas cuantas personas muy interesantes del sector de la salud en España, pude escuchar la exposición del consejero y me llevó a hacer las siguientes reflexiones:
- No sé si somos conscientes de lo que supone el sector de la Sanidad en España. Los ciudadanos de a pie pagamos nuestros impuestos y, obviamente queremos que se destinen a servicios que lleven al bien común. La salud es uno de los bienes más preciados, quizá el que más, ya que sin salud el resto de temas pasan a un segundo plano. Pero… ¿Hasta qué punto? Por ejemplo, hasta el punto de que, en el País Vasco, y seguramente en el resto de comunidades autónomas sea semejante, se destine 1/3 del presupuesto a Sanidad. Concretamente 1.670 € por persona. Es decir, puede considerarse que, de lo que pagas de impuestos, aproximadamente el 25% es para Sanidad.
- Una empresa que gestionase 3.600 millones de euros en el sector privado, estaría en manos de los mejores gestores, ¿No crees? Se estaría midiendo de forma continua su eficacia.
- Nuestra esperanza media de vida de ambos géneros es de 83,5 años. Pero ¿Sobrevivimos con calidad de vida?
- Es cierto que, con tanto dinero dedicado, la sanidad es percibida por los ciudadanos como muy buena o buena. Pero… debemos ser exigentes, ya que para nosotros es una prioridad y así lo atestigua el dinero que gastamos: ¿Exigimos que el dinero se gaste con eficacia y eficiencia? En los tratamientos efectivos y contrastados, no en los más caros y novedosos.
- Queremos que nos cuiden en todas las facetas de nuestra salud, no solo en el más físico, también en la vertiente psicológica, tan descuidada actualmente en la Sanidad pública. Puede decirse que el psicólogo en atención primaria apenas existe y es complicado acceder a salud mental salvo en los casos más graves. Tenemos que exigirlo y demandarlo. Es algo parecido a si, por ejemplo, en tu centro de salud solo te atienden si tuvieras algo grave, sólo si fueras ya sangrando aparatosamente o con un cáncer.
- Hay que exigir que nuestro dinero se invierta con eficacia. Que se financien solo tratamientos ya contrastados y se exija a las farmacéuticas un precio competitivo, ya que se les compra tanto volumen de medicamentos. Cuidado que no nos engañen . Del gasto de sanidad, casi un 25% se va a fármacos y la salud es mucho más que fármacos. Exijamos que nuestros impuestos no se vayan a pagar a aquellas empresas que más pagan en sobornos, sino a las que vendan calidad.
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