Cuando llegué a Madrid noté enseguida que entraba al metro o iba por la calle y todos me pasaban «volando» por el lado. Se ve que tenían mucha prisa por llegar a su destino. Y esto al final se acaba contagiando, ya que hoy en día salgo a la calle y aun llevando tiempo de sobra siento que voy corriendo.

Al pensar en ello me acuerdo mucho del conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas, por eso la ilustración en este artículo. Corriendo, mirando el reloj con prisa porque llega tarde.

Hay muchos motivos por los que vamos con las prisas:

  • Porque realmente llegamos tarde a un lugar.
  • Queremos hacer muchas cosas en el día para saber que lo hemos aprovechado.
  • Queremos ser los primeros en algo o conseguir algo antes que otro.
  • Llenamos nuestra agenda con compromisos que tenemos que cumplir a toda costa.
  • Somos muy impacientes y sentimos necesidad de respuestas inmediatas.
  • Ya estamos acostumbrados por ver a los demás ir tan rápido y nos hemos adaptado al «ritmo de la vida».

Seguro que en algún momento nos identificamos con alguna de estas situaciones, solo que tratamos de justificarlo en todo momento. Es posible que hayamos llegado a pensar que esperar es una pérdida de tiempo.

Con las prisas lo único que conseguimos es no disfrutar de muchas cosas que valen la pena. De hecho podemos acabar estresados, fatigados y hasta con algún problema de salud sin saber exactamente por qué.

Es cierto que en la vida hay cosas que nos exigen mucho y momentos en los que existe la real prisa, pero no por eso debemos generalizarlo a todo lo que hagamos, por lo que es recomendable tratar de compensarlo. Desde Conectia Psicología te dejamos algunos consejos:

  • Saquemos un rato para la relajación y la meditación, para conectar con nosotros mismos. Practicar Mindfulness es una buena técnica, y por si nuestra excusa es la falta de tiempo es bueno saber que es algo que podemos aplicar en cualquiera de nuestras actividades diarias (estudios, trabajo, hogar…).
  • Un pequeño tiempo para pensar y observar. ¿Vamos en el autobús? Resulta gratificante mirar aunque sea a través de la ventana cómo transcurre la vida.
  • La distracción y las actividades físicas también han sido siempre buenos recursos. La lectura, los paseos, el deporte…
  • Deja de mirar tanto el reloj cuando tienes días libres. Es cierto que a diario si trabajas o tienes hijos organizas tu vida a base de tiempos, pero en algún momento se puede intentar.
  • Descansar. No es en absoluto una pérdida de tiempo, al contrario, ganamos energía para hacer las cosas mejor y disfrutarlas.

Te dejamos con la reflexión. Cualquier información adicional sobre este u otros temas ya sabes que puedes contactar con conectia-psicología.es 

Que disfrutes del día.