Últimamente hay un bombardeo de felicidad obligada. Parece como si la receta para ser feliz fuera fácil y es tu culpa si no lo eres. Incluso ha surgido la llamada psicología positiva, de la que yo personalmente huyo.

Muchos se preguntarán por qué hay un aumento de casos de depresión en los últimos años en la sociedad occidental. Yo encuentro varios motivos. Por una parte, antes no se diagnosticaba correctamente. También existe hoy día un exceso de diagnóstico, en casos que cínicamente no lo ameritan, propiciado principalmente por la industria farmacéutica en su afán de vender más, pero este no es el tema del presente artículo.

En mi experiencia, basada en lo personal y en los pacientes que atiendo a diario, la depresión suele causarse por un sentimiento de indefensión de la persona. No sabemos cómo afrontar algo, pensamos que no tiene solución y caemos en la indefensión que nos lleva a la inacción: “Lo mío no tiene solución haga lo que haga: Pues no hago nada”.

Hace años, varias decenas o centenares de años, tener problemas era lo normal, no se discutía sobre ello, todos tenían que luchar por alimentarse, un lugar donde vivir, etc. Hoy día, en países donde la mayoría de personas tenemos las necesidades básicas cubiertas, nos centramos en satisfacer otras necesidades de crecimiento interior y ayudar a loa otros. El problema de la sociedad actual es que, últimamente, no te permiten tener problemas y sufrir con ellos como a ti te apetezca.

No, en seguida te recomiendan un libro de autoayuda, “Sé tú mismo”, te dicen, “Sé espontaneo”, aprende estos siete trucos y serás feliz en tu vida, tómate esta pastilla.

Pues mira, déjame sufrir tranquilo cuando se muera un ser querido, déjame pasarlo mal un tiempo cuando no entiendo algo, permíteme no estar todo el día positivo y “feliz”, sonriendo a cualquier precio.

Es necesario tener cierta tolerancia a la frustración. Ante cualquier contratiempo, un par de días triste, vamos al médico de cabecera y nos receta un antidepresivo. Nos estamos perdiendo buena parte de la vida “drogados”. La vida no es sólo sonrisas, es todo, lo bueno y lo malo.

Como decía antes, la depresión se basa en un sentimiento de indefensión. Si todo el día te bombardean con que puedes y debes ser feliz y sonreír a todas horas, la mayoría nos sentiremos mal a no ser capaces, obviamente, de cumplir tal objetivo. Y nos llegamos a creer bichos raros e indefensos. Dejadme sufrir a gusto cuando toca, para mí eso es bienestar, ser capaz de sentir toda la gama de emociones que el ser humano lleva de serie, aceptarlas y quererme con ellas.

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