Una situación cotidiana desde el punto de vista laboral: una presentación de un producto o servicio a una audiencia totalmente desconocida con el objetivo de despertar su interés.

  • Preliminares: los asistentes a la reunión son totalmente descocidos, sólo conocemos el cargo de uno de ellos, personalmente a nadie. Estamos trabajando con un grupo de personas de esa misma organización pero no existe comunicación entre ellos y la idea es presentar lo que ya estamos elaborando para este grupo al equipo de ‘perfectos desconocidos’ porque existen muchas sinergias y creemos que tiene sentido que lo conozcan y valoren su utilidad.
  • Primer acto: presentación y 15 primeros minutos: estamos en una gran sala de reuniones (más de 20 sillas) situadas en torno a una gran mesa de reuniones, totalmente solos (dos personas) y no viene nadie. Así pasan más de 10 minutos y nadie da muestras de vida. Disponemos como medio de proyección de nuestro material, de una pequeña pantalla de televisión cuasi escondida al final de la gran sala dónde seguramente no se apreciará nada de todo lo que laboriosamente hemos preparado. A los 5 minutos entran más de 15 personas (absolutamente desconocidas), un breve saludo y presentación y toman asiento. Silencio absoluto pues faltan asistentes: el jefe de todos ellos entre otros.
  • Segundo acto: inicio de la reunión y primeras reacciones. Tras esperar otros 10 minutos decidimos comenzar, sin el jefe. Nadie sabe por qué se les ha convocado pues el que lo ha hecho no asiste (el jefe) ni les ha comunicado el motivo de la reunión. Tras explicar el propósito de la reunión y presentar la agenda, observamos que 2 de las 15 personas están realmente escuchando, el resto mira su pantalla de móvil e incluso atiende a las llamadas que recibe en la misma sala.
  • Tercer acto: tensión en aumento. Uno de los asistentes muestra de forma reiterada su incomprensión de cada concepto, pacientemente le explicamos cada uno hasta que afirma entenderlos (todos). El resto le recrimina porque lo entienden perfectamente. El único asistente que no participa en la recriminación colectiva expresa en voz alta su deseo de que llegue el momento de su jubilación tras lo cual opta por irse sin mediar palabra ni excusarse.
  • Cuarto acto: de perdidos al río. Ante tal situación, mi compañero y yo de forma telepática (sin comunicarnos) decidimos que la hostilidad hará imposible que la audiencia acoja nuestro contenido y decidimos agilizar la presentación para pasar el mal trago cuanto antes. Los asistentes se va relajando a medida que nosotros aceleramos el paso (paradójico!).
  • Desenlace: el ritmo acelerado nos lleva al final de la presentación dónde informamos del trabajo que hacemos para el otro departamento de la empresa. La reacción es inesperada y explosiva: todos dejan el móvil, arquean los ojos para ver la diminuta letra de la pequeña pantalla y solicitan con el máximo interés que detallemos cada aspecto. Verbalizan su estado de ánimo: ‘si estos lo están haciendo, nosotros también’, ‘no podéis terminar el trabajo con ellos sin tenernos en cuenta a nosotros’. La persona que no entendía nada al principio de la reunión, recobra una clarividencia milagrosa y no sólo entiende todo, sino que lo explica al resto. Se congratulan aliviados que alguien (su jefe ausente) haya convocado esta reunión tan útil de la cual desconocían el propósito, para conocer a tiempo lo que está haciendo el resto y tener la oportunidad de poder hacerlo ellos también, y por supuesto llevar ellos la iniciativa.

Moraleja: En algunas ocasiones la mejor estrategia no se basa en una presentación elaborada, en un mensaje efectivo y ni siquiera en un conocimiento de nuestro interlocutor, basta con apelar a los instintos más primitivos: la competitividad humana que es aún más fuerte entre los miembros de una misma organización.

Puedes contactar con nosotros en www-conectia-psicologia.es o llamando al 674 241513. Estamos en Calle Puerto Rico, 8A, zona Hispanoamérica / zona Costa Rica, 28016 Madrid. Te ayudaremos con temas relacionados con este artículo o con otros problemas que quieras resolver.

Síguenos en FacebookLinkedin y Twitter.  

fb-concetia