Cuando se realiza una terapia psicológica son muchas las técnicas que pueden usarse para ayudar a mejorar el bienestar de la persona que acude a consulta. Una de ellas es la arte-terapia o la terapia del arte que se utiliza para expresar lo que la persona siente dentro de sí misma.

Para empezar no es necesario ser Rembrandt o Caravaggio ya que el objetivo no es obtener una obra maestra, sino reflejar nuestras dificultades o problemas. Expresar lo que nos angustia internamente, para que una vez lo hayamos exteriorizado poder reflexionar sobre ello.

En psicología infantil cuando se realizan terapias con menores de edad, usar el dibujo es muy recurrente como, por ejemplo, la técnica del dibujo de la familia o el test de la casa-árbol-persona. El menor expresa el mundo que lo rodea con las inquietudes que éste le genera a través del dibujo, es decir, el dibujo muestra la realidad tal y como la percibe el niño. Dicha realidad no tiene por qué ser la misma que perciben los demás miembros de su entorno. Por tanto, si es útil para con los niños por qué no usarla también con los adultos.

La aplicación de la arte terapia en adultos difiere en un aspecto fundamental, a la hora de dibujar no se orienta en ningún sentido a la persona. Ella es libre de expresar lo que desee en ese determinado momento. Una vez que se ha plasmado en el dibujo las inquietudes, dificultades o problemas que nos cuesta expresar verbalmente, podemos contemplar nuestro interior desde una perspectiva externa. Siendo un observador ajeno del dibujo reflexionamos sobre aquello que nos afecta o molesta para, posteriormente, intentar modificarlo para mejorar nuestro bienestar.

Para usar esta técnica y beneficiarnos de ella no es necesario tener un trastorno mental. Podemos usarla en nuestro día a día cuando algo nos incomode internamente, ¿te animas?