El título es llamativo cuanto menos, ¿Verdad? Se refiere a un evento que sucede en las mentes de los seres humanos. ¿A ninguno os ha pasado que en alguna ocasión al mirar por la ventana o al esperar que llegue el metro o el tren al lado de las vías; os ha venido a la cabeza una imagen o un pensamiento relacionado con caeros o tiraros a las vías o al vacío?

Éste es un evento mental que sucede con cierta frecuencia en casi todas por no decir todas las mentes humanas. Lo que pasa es que si no le hemos dado ninguna importancia, ni siquiera nos acordaremos que en algún momento ha pasado algo así por nuestra cabeza. A todos en algún momento nos ha podido aparecer una imagen de estas características, nosotros tirándonos o incluso empujando a alguien hacia una situación de potencial peligro para la vida. Lo que pasa, es que tal cual ha aparecido en la mente, la desechamos pensando que es una idea absurda porque nosotros no tenemos ninguna intención de hacer daño a alguien o a nosotros mismos. ¿No es así?

Existen personas que le dan un mínimo de importancia suficiente para que nuestra mente lo reconozca como algo a destacar, y produzca que se repita con mayor asiduidad esa idea, imagen o pensamiento desagradable. Además, si encima piensan que son malas personas por pensar en ello, cogerá más fuerza ese evento y se reforzará, con la consecuencia de repetirse con mayor intensidad.

No obstante, tenemos que ser capaces de reconocer que eso sin imágenes o pensamientos absurdos que se cruzan por nuestra mente. No es que seamos malas personas sino que la mente funciona a una velocidad vertiginosa y en ocasiones nos juega malas pasadas con este tipo de eventos. Si admitimos que son imágenes o pensamientos sin ningún sentido que han pasado por nuestra mente, influiremos en que disminuya su aparición. No obstante, si le damos importancia nos podemos obsesionar, autocastigar o desarrollar un problema psicológico porque volverán con más fuerza, intensidad y crearán un alto malestar.

Por todo ello, es importante identificar estos eventos como imágenes o pensamientos sin importancia, que no tienen nada que ver con nuestra personalidad o actitud, y dejarlos pasar tal y como vinieron, como si fueran unas hojas que arrastra la corriente del río de nuestra mente.

Gracias,

Jara Estrella Fernández

@JaraEstrellaF