Como tratábamos en el artículo anterior, hay muchas personas que acusan un estado de ánimo bajo cuando llega el otoño o la primavera, en España. En otros países podría ocurrir con otros cambios de estación, pero tiene una característica común: se da una o dos veces al año, siempre en la misma época.
¿Cómo podemos hacer frente a este problema?
Muchas personas en España asociamos el calor del sol y el color azul del cielo con bienestar y alegría. De la misma forma asociamos en color gris del cielo nublado y el frío y humedad otoñal con tristeza o soledad. Esta asociación se ha ido reforzando a lo largo del tiempo y de nuestras experiencias. Pero este condicionamiento o correlación puede cambiarse.
Para ello, comenzamos por darnos cuenta, mediante Mindfulness o atención al presente, de cómo ciertos pensamientos saltan automáticamente a nuestra mente cuando llueve o está oscuro el tiempo. Si estamos atentos, veremos cómo esos pensamientos nos traen emociones de tristeza. Y es ese bucle el que, repetido en el tiempo, nos puede conducir a la depresión.
Al estar conscientes, podemos introducir un cambio, en medio de este bucle, para interrumpirlo. De pronto, nos decidimos a dar un paseo, a pesar de la lluvia. ¿Qué es lo peor que nos puede pasar, que nos mojemos? Al volver a casa, una ducha caliente y nos sentiremos más vivos. Así vamos aprendiendo a ser dueños de nuestra conducta y no dejar ésta en manos del tiempo atmosférico.
A todos estos cambios estacionales, al final, nos acabamos acostumbrando. Pero es, en el momento en que se producen, cuando más nos damos cuenta de ellos. Sabiendo esto y conociéndonos, ser tolerantes con nosotros mismos y aceptar ese estado de ánimo, sabiendo que es temporal y pasará, es una buena estrategia.
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