Aunque de forma objetiva podemos afirmar que el ser humano, como cualquier otro ser vivo, está dotado de una serie de capacidades que tienen un límite, la realidad es que cada día podemos encontrar ejemplos de superación tan asombrosos que nos hacen dudar o al menos nos hacen difícil establecer estos límites.
Concretando algo más, físicamente la fuerza, velocidad, agilidad etc. del ser humano sobre todo si la comparamos con otras especies es limitada. Pero más allá de lo que razonablemente podemos establecer (no podemos correr a una velocidad de 100km/h) continuamente los récords de velocidad se superan.
Respecto a la capacidad mental, es obvio que el mismo ser humano ha inventado artefactos que procesan información, la analizan, la combinan y la almacenan de forma más eficiente que él mismo. Pero los límites tampoco están tan claramente establecidos, al menos en algunas capacidades concretas.
Según el mismo ser humano avanza en el conocimiento del cerebro y su funcionamiento se van descubriendo capacidades como la memoria a largo plazo cuya capacidad parece ilimitada (sólo intentemos poner en una lista la cantidad de palabras, situaciones, personas, recuerdos, acontecimientos de nuestra vida, conceptos y un largo etcétera que podemos recordar y nos daremos cuenta de ello).
Además, también respecto al procesamiento de información y capacidades superiores como el razonamiento, recientemente los estudios neuronales demuestran que es más un tema de ‘calidad’ que de ‘cantidad’, es decir, es más un tema de conexiones neuronales (o sinápticas) que de número de neuronas que como sabemos tiene un límite y que descienden a partir de cierta edad. Luego de alguna forma esa limitación física es capaz de superarse estableciendo, con entrenamiento, nuevas conexiones entre las neuronas existentes. Llevado al extremo, y bajo ciertas circunstancias, existen casos en que la disfunción total o parcial de un hemisferio cerebral puedo ser suplido por el otro.
Podemos citar más ejemplos y seguramente según profundicemos en el conocimiento de nuestro propio organismo descubramos más con lo cual ante la pregunta de si el ser humano tiene límites es posible que la respuesta sea sólo aquellos que él mismo se establece.
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