Es domingo y quedo a comer con unos amigos en un restaurante hindú en Madrid, Tandoori Station. La verdad es que el lugar está muy bien, te atienden con mucho cariño y la cocina es excelente, sabores exóticos especiados y presentación extraordinaria, llena de color. No puedo evitar dejar a un lado el psicólogo que soy y comienzo a pensar la intrínseca relación entre la psicología y la gastronomía.

Por una parte, la gastronomía es una parte muy importante de cada cultura. Todos tendremos anécdotas al respecto. ¿Quién no tiene un amigo o familiar viviendo fuera de España y, cada vez que viene a España, se lleva la maleta llena de productos de aquí, que en aquel país no puede conseguir? Cuando he vivido fuera de España, he echado de menos nuestra cultura, pero lo que más, nuestra gastronomía. Y no se trata sólo de ciertas materias primas que echase en falta, sino del conjunto, de la elaboración de cada plato, que puede imitarse pero no igualarse.

Es claro que comer y beber es una de las conductas más importantes para una persona. Tenemos mecanismos innatos que nos hacen dirigirnos hacia el alimento. Pero más allá de lo innato, más allá de la necesidad de comer para sobrevivir, comer en nuestra sociedad es una fuente de placeres. También una fuente de motivación, nos mueve en nuestro actuar. Y comer y beber es una fuente de socialización. ¿Cuántas veces nos reunimos con amigos y familiares en torno a una mesa, o junto a la barra de un bar?

En la conducta de comer y en la preparación de los alimentos, se observa parte de la personalidad de un individuo. Los hay más dependientes, no pueden o quieren comer solos. También, al contrario, hay personas que prefieren comer solos y no ser observados. Hay personas más sencillas que se conforman fácilmente con cualquier alimento y no necesitan ornamentar mucho su mesa. Los hay también, mucho más exquisitos y perfeccionistas.

Hay otras muchas personas que calman su ansiedad comiendo. Otras bebiendo. Es, en definitiva, una conducta universal e innata, que muestra desde lo más básico hasta lo más excelso del ser humano. Hay quienes comen para vivir y quienes viven para comer. Hay quienes no derrochan y comen sencillamente y otros que desperdician y superan el límite de lo ético. En resumen, puede saberse mucho de una persona viendo cómo come y bebe. Es reflejo de su personalidad.

Puedes contactar con nosotros en www-conectia-psicologia.es o llamando al 674 241513. Estamos en Calle Puerto Rico, 8A, zona Hispanoamérica / zona Costa Rica, 28016 Madrid. Te ayudaremos con temas relacionados con este artículo o con otros problemas que quieras resolver.

Síguenos en FacebookLinkedin y Twitter.  

fb-concetia