Hace algo más de 6 años, mi hermano Nacho tuvo la idea de crear su propia empresa, una empresa de comunicación a la que denominó Hadock, dada su afición a Tintín y sus personajes. Lo cierto es que yo desde el inicio le acompañé en la aventura, alquilando mi despacho de psicólogo dentro de su local y como socio capitalista de su empresa. Sin embargo, aunque somos varios socios que iniciamos la empresa, ha sido Nacho quien ha estado tirando del carro desde el principio y ha ido, como un capitán de navío, modificando el rumbo y sujetando el timón cuando han venido tormentas, que ha habido varias, grandes y pequeñas.
Mucho ha sido lo que, en estos cinco años, hemos vivido juntos y he aprendido de Nacho, pero me sigue maravillando una cualidad: su tenacidad.
Nacho es una persona normal, no vayáis a creer que los empresarios están hechos de otra pasta. Tiene, como todos, sus días buenos y sus días malos, lo que sí os aseguro es que han sido muchos los obstáculos que ha tenido que superar para seguir con su empresa Hadock en pie. Ha ido reinventando el negocio día a día, hasta dar con el modelo que funciona. Ha hecho de todo, y con sus propias manos: editar y montar vídeos, canciones, etc. Crear, adaptar, migrar páginas Web para empresas de todo tipo. Seguir a jóvenes promesas del deporte, patrocinarlos, acompañarlos en eventos. Montar entornos de grabación, carteles de todo tipo y formato, objetos publicitarios algunos bastante creativos. También publicaciones en medios, Internet, radio y televisión… Crear logos, imagen, ideas para empresas que nacen o se reinventan.
Nacho lucha cada día por encontrar nuevas ideas, tanto para su propio negocio como para sus clientes. Y, aunque le apasiona, a nadie se le escapa que esto no es fácil, no sabes qué cosas vamos a hacer el próximo mes, si vamos a tener suficientes ingresos para mantener a los trabajadores que le ayudan y el propio local.
Yo creo que, lo que le mantiene no es el triunfar económicamente ni tener éxito ni fama. A Nacho le apasiona lo que hace, ayudar a otros negocios a prosperar, ayudar a otras personas a crecer… Claro que, aunque nos apasionen las cosas, hay días más difíciles. El truco para la perseverancia y tenacidad es creer firmemente en lo que hacemos y haberlo elegido nosotros, libre y deliberadamente.
¡Gracias por tus enseñanzas, Nacho y Hadock!
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