Yo soy español. Y hombre y psicólogo y muchas otras cosas. Pero español. Y me siento muy orgulloso de ello, siempre me he sentido muy a gusto aquí, en España. Debido a mi trabajo de consultor, cuando era más joven pude visitar y residir en varios países de América y Asia, aquellas experiencias me enriquecieron… Pero siempre quería volver a España. Tenemos muchos fallos y defectos, como todos los grupos humanos, pero me encanta mi país y su gente.

Acabamos de sufrir, de forma muy violenta, los efectos del coronavirus, como un tsunami que está arrasando el planeta y avanza silencioso, por eso es tan peligroso, sin avisar. Esta violenta ola nos ha sumergido de repente a los españoles, nos ha obligado a encerrarnos en casa y cerrar nuestros negocios mientras veíamos cómo nuestros seres queridos enfermaban y muchos fallecían, sin poderlos ayudar como haríamos en otras catástrofes, como sabemos hacer en España, con nuestro apoyo humano.

Mirad, tendremos menos medios, no somos tan ricos como otros países, pero a solidarios no nos gana nadie. Somos, de entre los habitantes del planeta, líderes en ayudar, contribuir, arropar, debido a nuestro carácter. Y ahora la mayoría no podemos, estamos encerrados… ¡Esto nos frustra tanto! No poder acompañar a nuestro familiar enfermo o agonizante, no poder donar nuestros órganos o sangre, no poder abrazar y acariciar a nuestros enfermos o a nuestros mayores asustados…

Esta es mi opinión como psicólogo, sin entrar en política que no es mi campo, aunque por supuesto la ejerzo como un ciudadano más. Lo que nos ha sucedido está fuera del control de los humanos, al menos en esta época de la historia, es una catástrofe natural.  Y en España hemos hecho lo que hemos podido para contenerla, no me cabe duda. ¿Por qué nos ha tocado con más violencia en cuanto a contagios y fallecimientos? Al margen de temas de planificación y organización, que es competencia de nuestros políticos, con sus luces y sombras que no analizaré ahora, creo que el principal motivo es que somos un país central, en cuanto a la globalización se refiere. Por nuestra cultura, por nuestro carácter, por nuestras condiciones físicas, somos muy atractivos, somos el país que elige la mayor parte de turistas del mundo para visitar, también somos la puerta hacia Latinoamérica; ¡Somos la envidia del mundo! Con tantas personas  entrando y saliendo del país, no es de extrañar que el coronavirus – y sus portadores humanos – se haya paseado silenciosamente por nuestra tierra, especialmente por su puerta de entrada principal en invierno, los aeropuertos de Madrid y Barcelona.

Estamos todos asustados; con miedo ante la muerte, tristes por las pérdidas. Pero ¡no nos ataquemos a nosotros mismos! Hermanos, amigos, compatriotas, esta es una catástrofe natural que excede a nuestro control. Cada uno de nosotros estamos intentando reaccionar lo mejor posible y me gusta mucho cómo lo hacemos: Otra vez, de nuevo me siento orgulloso de vivir en España.

Tenemos mucha tristeza e incertidumbre, pues gran parte de nuestra economía se basa en el turismo y ocio: bares, restaurantes, una oferta cultural increíble, paisajes extraordinarios. Por ello, la catástrofe del coronavirus nos va a afectar con más virulencia también en lo económico.

Mientras nuestros políticos trabajan en la organización global del país, nosotros, cada uno, trabajamos para ver cómo podemos salir de esta situación con éxito, cómo podemos levantar nuestro país de esta catástrofe. Cada uno, podemos poner nuestro granito de arena:

  • Lo prioritario, proteger a nuestra propia familia, sobre todo a los mayores, para que puedan ir oxigenándose algo en este confinamiento, pero con la mayor seguridad que esté en nuestra mano.
  • Reabrir nuestro negocio cuanto antes sea posible, dentro de nuestro análisis de viabilidad y rentabilidad, reinventándose un poco si es posible, ir rodando poco a poco hacia la normalidad.
  • Mientras no llegue a España el turismo internacional, creo que nosotros mismos podemos apoyar a nuestra industria turística: viajando, cuando sea posible dentro de nuestro territorio, incluso dentro de nuestra propia Comunidad Autónoma y haciendo uso de los locales, alojamientos, bares, restaurantes, atracciones turísticas y actividades de ocio… Poco a poco, con mucho cuidado y progresivamente, extremando las medidas de higiene. Si vamos rodando nuevamente, aunque sea despacio, nos costará menos arrancar el país y que vuelva a despegar.

Puedes contactar con nosotros en www-conectia-psicologia.es o llamando al 674 241513. Estamos en Calle Puerto Rico, 8A, zona Hispanoamérica / zona Costa Rica, 28016 Madrid. Te ayudaremos con temas relacionados con este artículo o con otros problemas que quieras resolver.