Dentro de una semana comienzan la época navideña como tal, aunque llevemos ya más de un mes sumergidos en decoración navideña miremos donde miremos. Es habitual en estas fechas recordar aquellas personas que ya no viven con nosotros, son más unas fechas que obligan a recordar a los que no están más que a disfrutar de los que están, es por ello, que frecuente que nos asalten en la mente diferentes tipos de pensamientos.
El otro día hablando con una amiga me comentaba que ella no piensa, es decir, que no se pone de forma consciente a pensar en cosas que le hacen sentir triste (en su caso, recordaba a su abuela fallecida cuando era adolescente, la recuerda todos los años en estas fechas). Y le comentaba que eso también es un pensamiento, es un pensamiento que nos asalta de pronto en nuestra cabeza pero que no lo hayamos razonado previamente no indica que no sea un pensamiento y que como tal, no podamos frenarlo. Mi amiga no es la única persona que opina así, en terapia me he encontrado con pacientes que se pasan el 90% del día con pensamientos de todo tipo pero alegan que ellos no piensan que son cosas que les vienen a la cabeza.
Volviendo al tema del post, ¿qué hacemos estas navidades si nos asaltan esos pensamientos que nos van a oscurecer nuestro estado emocional? Usar técnicas de distracción como: ponernos a contar los cubiertos de la mesa, baldosas del suelo o bombillas en las lámparas; irnos a algún pensamiento o recuerdo positivo; traer a la memoria lista de cosas por hacer, no es lo más ortodoxo pues nos generará ansiedad, pero nos quita de un plumazo los pensamientos no deseados.
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