Aparentemente cuando tomamos una decisión lo hacemos de forma deliberada. Unas veces tras reflexionar más tiempo y otras veces de forma más impulsiva pero siempre tenemos la sensación de que somos nosotros mismos los que decidimos.

Sin embargo, bajo determinadas circunstancias, está demostrado que no actuamos de forma deliberada sino dejándonos llevar por el comportamiento que observamos en otros sin reflexionar acerca de nuestra forma de actuar. Ilustremos este enunciado con un comportamiento llevado al extremo pero que todos hemos tenido alguna vez o al menos hemos observado. Si paseamos por una calle y observamos una persona agachada o tumbada en el suelo pero a la vez vemos que nadie se para a socorrerla, es muy probable que actuemos de la misma forma. Esta decisión de no prestarle ayuda parece algo inconcebible, pero aun así muchas personas actuarían de esa forma.

La explicación reside en que los seres humanos, cuando nos enfrentamos a situaciones inesperadas en las que no existe una pauta clara de comportamiento clara (incertidumbre), tendemos a observar a los demás y cómo se comportan para extraer una ‘norma’ y comportarnos acorde a ella. De esta forma, un comportamiento totalmente anti solidario y sorprendente se convierte en nuestra propia decisión de cómo actuar.

Pero lo más sorprendente es que aún en las situaciones en que no existe esta incertidumbre, nuestras decisiones se pueden ver influidas por las decisiones de los que nos rodean. En un experimento realizado por Asch en 1951, se demostró que ante una situación en la cual una persona debía juzgar la longitud de una línea en comparación con otras tres (la respuesta era obvia), cuando esta persona en lugar de decidir de forma individual lo hacía tras escuchar la decisión de otras personas (cómplices del experimentador y que emitían un juicio erróneo), cambiaba su opinión acercándose a la de estas personas.

Esto nos debería hacer reflexionar acerca de nuestras propias decisiones y sobre todo si realmente son propias o nos estamos dejando influir por lo que observamos en los demás. Al menos tengamos en cuenta que no somos totalmente dueños de todas ellas.

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