A lo largo de nuestra vida, tenemos que tomar muchas decisiones a nivel individual pero en muchas ocasiones esta toma de decisiones se ha de realizar en el marco de un grupo: laboral (equipos de trabajo), personal (familia o grupo de amigos), judicial (jurado popular), político o social.

La cuestión es hasta qué punto la toma de decisiones se ve influida por el hecho de estar en grupo y si las decisiones tomadas en este ámbito serían diferentes de las que adoptaríamos a nivel individual, es decir, si existen procesos evidentes de influencia grupal.

Existen numerosas investigaciones que evidencian estos procesos de influencia y que demuestran que las decisiones tomadas en el seno de un grupo modifican las decisiones individuales. Es importante conocer estos efectos pues en determinadas ocasiones pueden llevar a decisiones erróneas e incluso desastrosas.

  • Polarización grupal, frente a la creencia popular que los grupos pueden ‘moderar’ las posiciones extremas de los individuos, este efecto demuestra que las opiniones individuales de los integrantes de un grupo se vuelven más extremas tras someterse a discusión grupal. Esto ocurre especialmente cuando el grupo ha de comprometerse con una opinión o postura y cuando las diferencias de opinión entre los individuos y el grupo es mayor.
  • El perfil oculto, frente a la creencia que los grupos integrados por individuos que tienen información única y diversa, se benefician de esto porque permiten poner a disposición del grupo toda esta información y enriquecerse, en numerosas ocasiones lo que realmente ocurre es que la única información que se discute en el grupo es la que tienen todos sus miembros, de forma que esta información única no suele aflorar y por tanto el grupo no se puede beneficiar de la misma. Este efecto se observa especialmente en grupos de 6 o más personas frente a grupos pequeños, integrados por miembros no expertos en la materia y en tareas en las que hay que emitir un juicio.
  • El pensamiento de grupo, este efecto muestra que la presión que puede ejercer el grupo con el objetivo de conseguir un consenso es tal, que se antepone a la consideración realista de la realidad, a la búsqueda de alternativas e incluso al juicio moral de los individuos. Aunque parece algo exagerado, existen ejemplos contrastables en la historia en los que a causa de este efecto las decisiones tomadas por un grupo tuvieron como consecuencia desastrosos resultados: La invasión de la Bahía de Cochinos propuesta por la CIA y liderada por el presidente Kennedy en 1960 es una de ellas. Todos conocemos el resultado, pero lo que realmente ocurrió es que la urgencia por tomar una decisión y que esta fuera consensuada infravaloró las posibilidades del rival, impidió que opiniones contrarias cuestionaran la decisión e imposibilitó un análisis minucioso de la estrategia y las posibilidades de éxito.

Es evidente que las decisiones tomadas en grupo pueden mejorar la toma de decisiones a nivel individual, pues incorporan procesos de debate y discusión entre sus miembros y por tanto enriquecen la información disponible y aportan diferentes puntos de vista, pero es muy importante conocer los sesgos que ocurren en este tipo de procesos para poderlos contrarrestar y garantizar esta calidad.

Puedes contactar con nosotros en www-conectia-psicologia.es o llamando al 674 241513. Estamos en Calle Puerto Rico, 8A, zona Hispanoamérica / zona Costa Rica, 28016 Madrid. Te ayudaremos con temas relacionados con este artículo o con otros problemas que quieras resolver.

Conócenos también a través de nuestras redes sociales. Síguenos en FacebookLinkedin y Twitter.

fb-concetia